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viernes, 16 de febrero de 2018

La conspiración para interferir en la elección estadounidense #russiagate

El departamento de Justicia de Estados Unidos acusa a 13 ciudadanos rusos de interferir en las elecciones de 2016.
Publicado por BBC Mundo.

Trece ciudadanos y tres compañías rusas fueron acusadas formalmente este viernes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de interferir en las elecciones presidenciales de 2016.

Se les acusa de "violar las leyes criminales para interferir en los comicios de EE.UU. y los procesos políticos", señaló la oficina del fiscal especial Robert Mueller, quien investiga la presunta interferencia rusa en la campaña.

Entre sus operaciones, figuran la comunicación de "información despectiva sobre Hillary Clinton, denigrar a otros candidatos como Ted Cruz y Marco Rubio, y apoyar a Bernie Sanders y al entonces candidato Donald Trump".

De entre los imputados, tres fueron acusados de conspiración para cometer fraude electrónico, mientras que cinco fueron acusados de robo de identidad.

Una de las tres empresas señaladas por las autoridades estadounidenses tiene sede en San Petersburgo, Rusia, y fue identificada como principal responsable de las operaciones que el departamento de Justicia califica de "guerra informática contra EE.UU. a través de identidades ficticias en redes sociales y otros medios de internet".

El documento judicial con las imputaciones sostiene que la preparación de sus actividades de interferencia comenzó en 2014, y que algunos de los acusados usaron sistemas informáticos en EE.UU. para ocultar el origen ruso de sus actividades.

"Los demandados, haciéndose pasar por individuos de EE.UU. y creando perfiles falsos en EE.UU., operaban páginas de redes sociales y grupos diseñados para atraer a audiencias estadounidenses", señala el documento hecho público este viernes.

El texto también apunta que los acusados "crearon y controlaron numerosas cuentas de Twitter diseñadas para aparentar que eran controladas por personas o grupos estadounidenses".

"Absurdo"

Tras conocerse la noticia, el fiscal general adjunto Rod Rosenstein dijo en conferencia de prensa que el documento señala que los acusados "conspiraron supuestamente para defraudar a EE.UU. al menoscabar las funciones legales de la comisión electoral federal".

Sin embargo, destacó que en el documento no se indica que algún estadounidense fuera "participante conocedor de esta actividad ilegal" ni que la intromisión afectara el resultado de las elecciones.

El gobierno ruso, por su parte, calificó la acusación de "absurda".

"¿Trece personas interfirieron en las elecciones estadounidenses?¿Trece contra los presupuestos de US$1.000 millones de los servicios de seguridad? ¿Contra el espionaje y el contraespionaje, contra los nuevos sistemas y tecnologías? ¿Absurdo? Sí", dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova.

Uno de los ciudadanos rusos señalados en la acusación, Evgeny Prigozhin, negó por su parte haber participado en la manipulación de las elecciones.

"Los estadounidenses son personas muy impresionables, ven lo que quieren ver", dijo según publicó la agencia de noticias rusa Ria Novosti.

"Los respeto mucho. No me molesta aparecer en esta lista. Si quieren ver al diablo, que lo vean".
Investigación en curso

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que el presidente Donald Trump fue informado sobre las acusaciones en la mañana del viernes.

miércoles, 14 de marzo de 2018

La desinformación es la clave

Cuando más "cosas" disfrazadas de noticias te lleguen, más desinformado estarás. Hay quienes están señalando que hay una guerra de información, y no sólo en las redes sociales, que difunden noticias falsas para explotar divisiones y generar antagonismo por diversos y oscuros propósitos. Es la guerra de desinformación en la “era de la Información”.

Fake news
FakeNews
"En Estados Unidos, por ejemplo, una investigación del Pew Centre reveló que el 62% de los estadounidenses adultos reciben noticias a través de las redes sociales, de manera que es cada vez más probable que más de nosotros estemos viendo -y creyendo- información que no sólo no es precisa sino que a veces es totalmente inventada" (BBC 11/2016). Algo similar está sucediendo en el resto del Mundo.

En las últimas guerras, desde finales del siglo XX han adquirido primacía la guerra de información y las operaciones psicológicas. Los analista y entendidos en la temática señalan que en la “era de la información”, lo que menos tiene el público es información real.

Lo que se conoce como "Operaciones de Información" (“Info Ops” en inglés) es una disciplina en evolución dentro del mundo militar. Surgió de conceptos tempranos tales como “Guerra de Mando y Control” y de “Guerra de la Información”. Iniciándose principalmente en los Estados Unidos, en la década de 1990, como resultado de las lecciones aprendidas en la Guerra del Golfo, del así llamado “Efecto CNN”, y de los enormes avances en la Tecnología de la Información.

Durante la crisis de Crimea y la guerra en el este de Ucrania, tanto Rusia como el gobierno de Ucrania y sus aliados occidentales, incluido EE UU, se involucraron en la desinformación, buscando desconcierto y divisiones en las áreas en conflicto y a la vez tratando de obtener una mirada favorable a sus acciones en el resto del Mundo, según la opinión de los expertos.

En éstos tiempos, el ejemplo que más en estudio está, es lo conocido como "russiagate", la "supuesta" injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, donde las redes sociales, en especial Twitter, jugaron un papel de gran importancia.

No es desconocido que en muchos países, incluido el nuestro, se han desarrollado campañas para fomentar la desconfianza hacia los candidatos y el sistema político en general, especialmente contra el gobernante, y no faltó la respuesta en el sentido contrario. Es común ver provocaciones en las redes sociales, es sabido que hay operadores bajo identidades falsas que buscan sembrar confusión y discordia.

En pocas palabras, así como en ciberseguridad se señala que lo que te envía el mejor y más confiable amigo puede ser un gran problema para tu equipo, tus datos e información, la noticia que se colgó en tu red social favorita, puede estar cambiando tu visión de la realidad.

En Argentina, antes, durante y después de las últimas elecciones presidenciales, el nivel de los ataques y difamaciones que se alcanzó en las redes sociales y grupos de mensajería instantánea fue grosero en extremo. En especial en diciembre de 2017 se hizo más evidente durante un serio intento de impedir que el Congreso funcionara y se caiga la sesión especial para debatir la reforma jubilatoria.

martes, 31 de octubre de 2017

Continúa la saga de la trama rusa #russiagate

La investigación de la trama rusa golpea de lleno al entorno de Trump.

Paul Manafort, exjefe de campaña, y un colaborador son los primeros imputados por una docena de delitos. Un exasesor confiesa haber mentido sobre sus contactos con Rusia.
Por Amanda Mars, publicado por EL PAÍS.

El presidente Donald Trump se reúne con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la
Cumbre del G20, el viernes 7 de julio de 2017, en Hamburgo. (AP Photo / Evan Vucci)
Visto en DefenseNews
La investigación de la trama rusa, que busca esclarecer si hubo coordinación entre el equipo electoral de Donald Trump y Moscú para influir en las elecciones presidenciales, entró este lunes en el terreno de las acusaciones formales señalando a quien fuera uno de los hombres fuertes de Trump, Paul Manafort. El exdirector de campaña se entregó al FBI junto a un socio suyo, Rick Gates, para responder por una docena de delitos que incluyen la conspiración contra Estados Unidos (por ocultar sus actividades y sus ingresos) y el lavado de dinero. Ahora se encuentran bajo arresto domiciliario. Los cargos no se refieren a la campaña electoral, sino que se centran en la asesoría a un político ucraniano afín a Putin. En cambio, la confesión de otro asesor de Trump, George Papadopoulos, sí abona las sospechas de connivencia: admitió contactos con una persona cercana al Kremlin que le prometía trapos sucios sobre Hillary Clinton y se declaró culpable de haber mentido al respecto.

Un jurado indagatorio aprobó la acusación por los presuntos delitos contra Manafort y su socio el viernes, en el marco de la macroinvestigación que desde el pasado mes de mayo dirige un fiscal especial, Robert Mueller. Las pesquisas de Mueller no se centran en si Moscú quiso interferir en las elecciones estadounidenses —algo que las agencias de inteligencia de EE UU y el FBI ya dan por probado— ni en si esta presunta operación rusa tuvo algún efecto en los resultados electorales —materia de debate para politólogos y sociólogos—, sino si entre el Kremlin y la campaña de Trump hubo algún tipo de colaboración para favorecer la derrota de la demócrata Clinton.

Los contactos poco claros entre personas del círculo del hoy presidente de EE UU y funcionarios y otros personajes del entorno de Moscú han alimentado las sospechas y multiplicado las líneas de investigación, pero hasta este lunes no se había producido ninguna imputación formal.

Según el documento de la acusación, entre al menos 2006 y 2015, el abogado Manafort, un conocido lobista en Washington, estuvo actuando junto a su socio como agente del Gobierno de Ucrania y del partido de Victor Yanukovych sin haberlo registrado legalmente. Esta actividad, irregular, le generó decenas de millones de dólares que ocultó a las autoridades a través de un entramado de cuentas y sociedades. En concreto, más de 75 millones se desviaron a cuentas opacas en el extranjero y Manafort blanqueó hasta 18 para comprar una casa y otros bienes y servicios. Los presuntos delitos que se le achacan engloban la conspiración contra EE UU, falso testimonio, lavado de dinero, entre otros. Ambos se declararon no culpables en su comparecencia ante el juez esta tarde, pero quedan bajo arresto domiciliario. Las fianzas se han fijado en 12 millones para Manafort y cinco para Gates.

La actuación descrita comenzó una década antes de la campaña estadounidense y no está relacionada con la labor de asesoría de Manafort a Donald Trump, pero es un problema grave para el presidente, ya que sitúa a una pieza clave de su equipo electoral en el centro de múltiples delitos relacionados con una persona afín a Vladímir Putin, convirtiéndole en alguien vulnerable a presiones o chantajes. Las sospechas sobre sus vínculos con Moscú fueron precisamente lo que le llevó a renunciar a su cargo de jefe de campaña del republicano en agosto de 2016, tres meses antes de las elecciones.

Trump se revolvió este lunes contra la imputación a través de su cuenta de Twitter. “Perdón, pero esto fue hace años, antes de que Manafort formase parte de la campaña de Trump. ¿Por qué no están ‘Hillary la corrupta’ y los demócratas en el foco?”, escribió en un mensaje, para continuar con uno en el que reivindicaba “Además, ¡No hay conspiración [entre la campaña y Rusia]!”.

Pero lo amplio de los cargos apunta a que la investigación del fiscal especial Mueller va para largo y que las cosas se pueden complicar más para el presidente, no solo porque el problema de la sombra rusa sobre su presidencia se prolonga, sino porque puede dar lugar a otras acusaciones que sí le afecten de forma más directa.

"Tienen trapos sucios sobre Clinton"
Al tiempo que publicaba estas palabras, se conocía que otro asesor de Trump, George Papadopoulos, se había declarado culpable de mentir sobre los lazos de esa campaña con Rusia y haber entorpecido la investigación del FBI. "A través de sus falsas declaraciones y omisiones, el acusado Papadopoulos impidió la investigación en curso del FBI sobre la existencia de vínculos o coordinación entre individuos asociados con la campaña y los esfuerzos del gobierno ruso para interferir con las elecciones presidenciales de 2016", subrayó la inculpación firmada por Mueller.

jueves, 7 de marzo de 2019

Como en las películas, pulseada entre servicios de inteligencia de EEUU y Rusia

La caza de espías de Vladimir Putin: 600 pillados en un año.
Por Xavier Colás, publicado por elmundo.es.

Rusia desenmascara a centenares de personas que revelaban información a servicios de espionaje extranjeros en 2018 y alerta del peligro del fin del tratado de misiles INF.

Rusia desenmascaró la actividad de "129 espías extranjeros y 465 personas al servicios de inteligencia extranjeros" durante el año pasado, "gracias a operaciones especiales" de los servicios rusos. Así lo ha anunciado hoy el presidente Vladimir Putin, en una reunión de la junta directiva del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia. También ha señalado que las agencias de espionaje extranjeras han tratado de influir en los acontecimientos políticos en Rusia.

Oficinas centrales del Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa
Visto en Wikipedia
Rusia también ha recibido un importante número de incursiones desde ordenadores. El presidente ruso ha alertado también que el número de ataques cibernéticos coordinados lanzados contra Rusia ha aumentado en 2018, alcanzando los 17.000. Y ha advertido que hay que estar preparados para un mayor crecimiento de este tipo de operaciones.

Las críticas del presidente ruso a la fijación con su país de los espías extranjeros llegan en un momento en el que Rusia está siendo cuestionada en Occidente por varios escándalos de espionaje, como el del doble envenenamiento hace justo un año de un ex agente ruso, Sergei Skripal, y de su hija en Inlgaterra, atribuido a Moscú por los responsables británicos. Todavía hoy, el Kremlin niega con firmeza cualquier implicación.

Putin sospecha que las agencias de inteligencia extranjeras están buscando "aumentar su actividad" e influencia en los procesos que tienen lugar en Rusia, buscando tener "acceso a información de naturaleza política, económica, científica y tecnológica". Por eso, Putin ha señalado que los servicios rusos deben garantizar un "trabajo fiable" a la hora de contrarrestar estos intentos. Las leyes vigentes en Rusia prevén una pena de 10 a 20 años de cárcel por el delito de espionaje.

Muchas veces estas "detecciones" se resuelven de manera discreta, pero recientemente se produjo una "interceptación" sonada en Rusia. Agentes rusos detuvieron en Moscú a un supuesto espía estadounidense el pasado 28 de diciembre, según informó el Servicio Federal de Seguridad. La mayoría de los individuos que el FSB detiene por espionaje son nacionales de terceros países o de Rusia, no de EEUU como en esta ocasión. Un tribunal ruso prolongó en febrero tres meses la detención de este presunto espía, llamado Paul Whelan. El FSB dice que este antiguo infante de marina de EEUU recibió supuestamente de un conocido un 'pendrive' que "contenía la lista completa de los trabajadores de un servicio secreto" de Rusia. La familia de Whelan lo niega todo.

El año pasado el FSB arrestó a varias personas y registró un centro de investigación controlado por la agencia espacial del país, Roskosmos, por la presunta filtración de secretos sobre nuevas armas hipersónicas a países occidentales. Como resultado de esto, el científico Viktor Kudryavtsev, de 74 años, empleado del Instituto Central de Investigación Científica de Ingeniería Mecánica, fue arrestado el 22 de julio. Según el FSB, Kudryavtsev filtró información técnica clasificada utilizada en el diseño de misiles hipersónicos (los famosos Avangard y Kinzhal) a través del Instituto von Karman a países de la OTAN, incluido Estados Unidos.