La campaña mexicana se prepara para la guerra sucia digital.
Por Kirk Semple y Marina Franco, publicado por The New York Times.
CIUDAD DE MÉXICO — El mensaje comenzó a circular a principios de año y encendió alarmas en Facebook, Twitter, WhatsApp y otras plataformas: millones de mexicanos tenían apenas unos días para volver a registrarse o retramitar su credencial de electores si querían votar para presidente.
Excepto que no era verdad.
No queda claro cuál fue el origen del rumor. Pero, más allá de si se trataba de un intento de socavar al sistema electoral o tan solo un esfuerzo erróneo de compartir información de interés, el enojo y la incertidumbre que generó el mensaje fueron apenas una primera muestra de una batalla de desinformación que ha afectado la disputa electoral en México.
|
Integrantes del proyecto de Verificado 2018
Visto en The New York Times. Foto de Brett Gundlock para TNYT |
“Sí va a ser decisivo lo que van a hacer en redes las campañas, en todos los niveles”, dijo Carlos Merlo, socio directivo de Victory Lab, empresa de publicidad y mercadotecnia que ha creado plataformas para esparcir noticias falsas o viralizar temas. Según Merlo, la estrategia digital influirá enormemente en el resultado electoral, tanto al dar a conocer y promover a candidatos como a modo de herramienta ante la desinformación.
Hay mucho en juego en la votación del 1 de julio: más de 3400 cargos electivos a niveles local, estatal y federal, que la convierte en la elección más grande en la historia del país. La joya de la corona es la presidencia, disputada por cinco candidatos que buscan remplazar al presidente Enrique Peña Nieto para el próximo mandato de seis años.
Y las noticias falsas se han esparcido con rapidez. Los aspirantes al cargo han hecho acusaciones cruzadas en las que señalaron a los demás de contratar a provocadores en línea o de usar herramientas de promoción automatizada, como bots, para inundar las redes sociales con mensajes que buscan influenciar a los votantes o engañarlos.
Además, en momentos en que el tema sigue siendo investigado en Estados Unidos por la campaña presidencial de 2016, han surgido acusaciones de interferencia rusa en la contienda mexicana.
El entonces asesor de seguridad nacional estadounidense, H. R. McMaster, declaró en diciembre que había “primeros indicios” de que el gobierno en Moscú quería influenciar en el voto mexicano, pero no dio detalles.
Los funcionarios mexicanos dicen que no han encontrado señales de esta intervención ni han recibido pruebas de sus contrapartes estadounidenses, mientras que las autoridades rusas han negado actividades de este tipo.
Enrique Andrade, consejero del Instituto Nacional Electoral, dijo que el organismo estaba atento al hecho de una posible interferencia. “Sí pensamos que está latente la posibilidad y estamos preparándonos para que no afecte el desarrollo del proceso”, dijo.
Algunos analistas opinan que, si existiera una injerencia rusa, estaría orientada a tratar de polarizar más al electorado. Afirman que el Kremlin ve en la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas con la coalición Juntos Haremos Historia y quien tiene un tono más antagónico hacia Estados Unidos, una figura clave para esas pretensiones.
Manuel Cossío Ramos, quien se dedica a hacer estrategia e inteligencia política digital, asegura haber encontrado huellas rusas en intentos de dirigir el tráfico en redes con respecto a temas electorales, con López Obrador como el tema principal. Cossío Ramos no está afiliado a ninguna campaña, pero reconoce que no tiene particular simpatía por López Obrador.
Cossío Ramos afirma que, con una herramienta de análisis digital llamada NetBase, encontró en abril 4,8 millones de entradas sobre López Obrador que fueron publicadas en redes o en sitios de noticias por usuarios ubicados fuera de México. Según su análisis, cerca de un 63 por ciento de los artículos revisados serían provenientes de Rusia y el 20 por ciento de Ucrania.
Al hacer búsquedas similares para los otros candidatos, Ricardo Anaya (de la coalición Por México al Frente) y José Antonio Meade (de la coalición Todos por México), Cossío Ramos sostiene que encontró que la gran mayoría de las discusiones sobre ellos provenientes del extranjero tenía su origen en Estados Unidos y solo el 4 por ciento en Rusia.
Sin embargo, otros consultores digitales con distintas herramientas afirman que no encontraron evidencia de actividad similar en redes sociales por parte de Rusia y no fue posible verificar de manera independiente las afirmaciones de Cossío Ramos.
Integrantes de la campaña de López Obrador han desestimado las aseveraciones hechas por Cossío Ramos debido a sus tendencias políticas y también han descartado las denuncias de interferencia rusa.