En los últimos días se escucha cada vez más el gran escándalo que tiene en jaque al gobierno español, el caso Bárcena. En España comentan que éste caso es sólo el último de una larga lista de escándalos que comenzó su deriva mediática hace veinte años.
Los entendidos, en la "situación" española, señalan que desde hace veinte años la política española está siendo sacudida por una seguidilla de escándalos de corrupción prácticamente diarios. Y señalan la corrupción como un saqueo institucionalizado, algo sistematizado.
"El catedrático de Derecho Administrativo, Alejandro Nieto, es autor de un libro titulado “La corrupción en la España democrática”. Explica que la corrupción es sistemática, una cuestión que responde al mismo diseño institucional y al mecanismo de funcionamiento del Estado desde la Transición que sería intrínsecamente corrupto" (DOS DÉCADAS DE CORRUPCIÓN EN ESPAÑA por
LAS REGLAS DEL JUEGO Blog de análisis político y de comunicación).
El hecho es que muy lamentablemente España pasa por una impresionante crisis económica, que ha sido también llamada Gran Recesión. Desde 2008 los principales indicadores macroeconómicos tuvieron una evolución negativa, cuyos efectos han golpeado no sólo en el plano económico sino también en el político y en el social.
El efecto que más impresiona es el terrible desempleo. Éste marcaba un mínimo histórico, durante la primavera de 2007, con 1,76 millones de personas (un 7,95% de la población activa), y éste año pasó a registrar un máximo histórico en el primer trimestre de 2013 con más de 6.200.000 parados (un 27,16%), con un paro juvenil (desempleados menores de 25 años) de más de 960.000 personas (57,2%), según datos de la
Encuesta de Población Activa (EPA) - Primer trimestre de 2013, e información publicada (
El desempleo entre los jóvenes vuelve a batir récords en el primer trimestre - El País).
En España la percepción de la política como un problema está aumentando. Habrá que ver como evoluciona todo y sobretodo como salen de semejante crisis. Una crisis que está dejando de ser invisible para los ojos de los argentinos, para quienes también la percepción de la política como un problema está aumentando.