Hoy, una compañera y amiga, nos contó una historia sobre un suceso que tiene que ver con la inseguridad que estamos viviendo en Santiago.
Resulta que una señora, que trabaja de enfermera profesional especializada en uno de los hospitales de la ciudad, tiene a su marido que viaja mucho por razones laborales y a sus hijos estudiando fuera, por ello se ve obligada a dejar su casa sola muchas horas.
Una tarde, de regreso de su trabajo, esta señora se encuentra con la puerta de su casa abierta, ingresa con cuidado y al recorrer el interior se encuentra en la habitación de sus hijos a un señor, algo mayor y de pobre aspecto, cargando en un bolso la ropa de sus hijos.
Con coraje y vos firme, aprovechando la sorpresa del individuo, le pregunta ¿que está haciendo Ud. aquí?.
El individuo se asusta y sale corriendo, abandonando el bolso y la ropa, y sale de la casa.
La señora, lo sigue, cierra la puerta y se pone a inspeccionar la casa, evaluando en medio de su susto que hacer luego.
Unos minutos después suena el timbre de la puerta y ella va a atender.
Sorprendentemente se encuentra con el individuo de triste imagen que le dice: "No se asuste, por favor señora...el bolso es mío...¿me lo puede devolver, señora?.