Por Christopher Flavelle, publicado por The New York Times.
La ONU alertó de que el efecto del calentamiento global en las tierras, que están siendo explotadas a niveles “sin precedentes”, significa que pronto no podremos alimentarnos a menos que cambiemos.
Los recursos de agua y tierra del mundo están siendo explotados a niveles “sin precedentes” y, en combinación con la crisis climática, eso está generando presiones enormes que afectan la capacidad de los humanos para tener cómo alimentarnos, advierte un nuevo informe de las Naciones Unidas.
Foto: "Sequía", de Carlos Galeano, vista en Flickr |
El reporte, preparado por más de cien expertos de 52 países y que fue publicado este 8 de agosto, encontró que el tiempo que queda poco tiempo para atender esta amenaza Medio millón de personas ya vive en lugares que se están tornando áridos y se está perdiendo la tierra arable entre diez y cien veces más rápido que se está formando, de acuerdo con el reporte.
El cambio climático agravará todavía más esos problemas, conforme las inundaciones, sequías, tormentas y otros eventos climáticos extremos alteran y, con el tiempo, reducen los suministros globales de alimentos. Más del 10 por ciento de la población mundial ya está malnutrida y algunos autores del informe de la ONU advirtieron en entrevista que la escasez alimentaria desatará una emigración más pronunciada.
Un peligro en particular es que las crisis alimentarias se presenten al mismo tiempo en varios continentes, dijo Cynthia Rosenzweig, científica de investigación sénior del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA y una de las autoras principales del informe. “El riesgo potencial de una falla en múltiples canastas está aumentando”, dijo. “Todo esto está sucediendo a la vez”.
El informe sí ofrece algo de esperanza, pues postula maneras en las que se pueden ir atendiendo las crisis alimentarias incipientes, aunque estas necesitarían una reevaluación enorme del uso que les damos a las tierras y de la agricultura mundial, así como del comportamiento que tenemos como consumidores. Las propuestas incluyen mejorar la productividad de la tierra, desperdiciar menos alimentos y persuadir a más gente de que su dieta no dependa tanto del ganado y de la carne.
“Uno de los hallazgos importantes del trabajo es que hay muchas acciones que podemos tomar ahora. Ya están disponibles”, dijo Rosenzweig. “Pero algunas de esas soluciones requieren de atención, apoyo financiero y que haya un espíritu propicio”.
El informe publicado el jueves 8 de agosto es del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un grupo internacional de científicos reunidos por las Naciones Unidas que hace uso de investigaciones diversas con el fin de ayudar a los gobiernos a entender mejor el cambio climático y a tomar decisiones sobre cómo hacer políticas. El IPCC ha hecho varios reportes climáticos recientes, como uno del año pasado que explicaba las consecuencias catastróficas del aumento de la temperatura global en 1,5 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales, así como un informe próximo a publicarse sobre la situación de los océanos.