Por Ryan Dube, publicado por The Wall Street Journal.
LA HABANA—Nancy Cabrera apenas ha hablado con su hija en los últimos dos años, como consecuencia del restringido acceso a Internet en Cuba. Ahora, sin embargo, Cabrera ha empezado a comunicarse con su hija, quien vive en China, a través de llamadas con video con su smartphone desde un lugar público con Wi-Fi a medida que el régimen comunista comienza a mejorar, aunque con cautela, la conectividad a la web.
“Ahora por primera vez conversamos con ella. Hace dos años que ella se fue y no la habíamos visto,” dijo Cabrera, de 59 años. “Hemos hablado de todo porque no lo hemos hecho así por tanto tiempo”.
En julio, Etecsa, la empresa de telecomunicaciones estatal, instaló Wi-Fi en 35 sitios públicos a lo largo de la isla caribeña, lo que expandió el acceso a Internet en un país donde el gobierno desde hace tiempo ha restringido el flujo de información para obstruir a la oposición.
La conexión Wi-Fi, que cuesta US$2 la hora, ha convertido tranquilos parques y ajetreadas esquinas en minicentros de Internet, atrayendo a adolescentes, madres con niños y parejas mayores que usan sus laptops, tabletas y teléfonos inteligentes.
Hace poco en un parque en el centro de La Habana, usuarios de Internet ocupaban bancos o se apoyaban contra árboles para hablar con familiares y amigos en el exterior. Las conversaciones duraron hasta bien entrada la noche, con la luz de las laptops y los smartphones que iluminaba la oscura plaza.
“Como es algo nuevo, todo el mundo ahora concentra aquí para conectar al Internet,” dijo Javier Rodríguez, un joven de 20 años con aretes de oro que usaba su iPhone 5 para conversar con su madre en Brasil y ver películas en YouTube. “Los jóvenes prefieren estar en el Internet que jugar dominó”.
El servicio es una de las primeras iniciativas de Cuba para mejorar la conectividad desde que puso en marcha un plan para normalizar las relaciones con Estados Unidos, que elogió la medida.
“Ahora por primera vez conversamos con ella. Hace dos años que ella se fue y no la habíamos visto,” dijo Cabrera, de 59 años. “Hemos hablado de todo porque no lo hemos hecho así por tanto tiempo”.
En julio, Etecsa, la empresa de telecomunicaciones estatal, instaló Wi-Fi en 35 sitios públicos a lo largo de la isla caribeña, lo que expandió el acceso a Internet en un país donde el gobierno desde hace tiempo ha restringido el flujo de información para obstruir a la oposición.
La conexión Wi-Fi, que cuesta US$2 la hora, ha convertido tranquilos parques y ajetreadas esquinas en minicentros de Internet, atrayendo a adolescentes, madres con niños y parejas mayores que usan sus laptops, tabletas y teléfonos inteligentes.
Una mujer navega en la internet en su portátil en una de las zonas habilitadas con Wifi en La Habana (Cuba). Visto en EFE La foto no crresponde a la nota de WSJ |
Hace poco en un parque en el centro de La Habana, usuarios de Internet ocupaban bancos o se apoyaban contra árboles para hablar con familiares y amigos en el exterior. Las conversaciones duraron hasta bien entrada la noche, con la luz de las laptops y los smartphones que iluminaba la oscura plaza.
“Como es algo nuevo, todo el mundo ahora concentra aquí para conectar al Internet,” dijo Javier Rodríguez, un joven de 20 años con aretes de oro que usaba su iPhone 5 para conversar con su madre en Brasil y ver películas en YouTube. “Los jóvenes prefieren estar en el Internet que jugar dominó”.
El servicio es una de las primeras iniciativas de Cuba para mejorar la conectividad desde que puso en marcha un plan para normalizar las relaciones con Estados Unidos, que elogió la medida.