miércoles, 28 de noviembre de 2018

Argentina - Tremendo panorama en una opinión

The New York Times publicó una opinión de Sylvia Colombo, corresponsal en América Latina del diario Folha de São Paulo, que vive en Buenos Aires. Una dura visión de lo que pasa.

La carrera contra el tiempo de Mauricio Macri.
Por Sylvia Colombo, publicado por The New York Times.

BUENOS AIRES — El presidente Mauricio Macri tiene un año difícil por delante. A tres años de iniciarse su gestión, los eslóganes de cambio y estabilidad económica de su campaña presidencial de 2015 ya parecen un chiste: Macri era el líder que terminaría con la polarización política en la Argentina, haría que el país tuviera una “lluvia de inversiones” y controlaría la inflación. Nada de esto pasó.

Casa Rosada y monumento ecuestre al General Manuel Belgrano en plaza de mayo. 
Foto de Gino Lucas Turra.Visto en Wikipedia
Ahora, en conciertos, marchas y hasta en el preámbulo de la final suspendida de la Copa Libertadores, se escucha más bien otro eslogan: “Mauricio Macri, la puta que te parió”. O se lee con demasiada frecuencia su versión de redes sociales, #MMLPQTP.

Si Macri no cambia de rumbo y logra frenar su marcha hacia la catástrofe, puede olvidarse de sus aspiraciones a un segundo periodo presidencial. No sucede a menudo, pero en unos días, tiene una oportunidad invaluable para hacerlo: será el anfitrión del G20, el encuentro más importante de las principales economías del mundo. En el preludio de las elecciones de octubre de 2019, tiene demasiados problemas y poco tiempo para solucionarlos.

Pero este evento —con sus posibilidades y riesgos— podría ser su último recurso.

Durante su gestión se han hecho algunos avances: se echaron a andar las urgentes reformas previsional y tributaria y se aprobó un presupuesto austero para 2019, con lo que el país se ajusta a las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir el crédito de 57.000 millones de dólares pactado hace unos meses. Aunque muchos expertos argumentan que el próximo será un año de recesión, los ajustes pueden contribuir a la estabilidad macroeconómica. Pero, también, cuando estas duras medidas empiecen a sentirse en el bolsillo de los ciudadanos, la popularidad de Macri podría disminuir todavía más: en agosto llegó al 35 por ciento, una baja significativa del 59 por ciento de aceptación que tenía durante las elecciones legislativas de 2017.

El encuentro de los líderes del G20 —del 30 de noviembre al 1 de diciembre, en Buenos Aires—, será quizás su última oportunidad para convencer al mundo de que la Argentina es un país preparado para recibir inversiones y al electorado argentino de que él es el líder que su nación necesita.

Hace solo unos días, Macri tuvo otra oportunidad inusual. Y fallida: Buenos Aires sería el escenario de la “final del mundo”, el partido que definiría al campeón de Sudamérica entre los dos clubes más importantes del fútbol argentino, Boca Juniors y River Plate. Pero la final nunca ocurrió: unos hinchas violentos de River tiraron piedras al bus que llevaba a los jugadores de Boca al estadio, la policía no supo contener la turba en los alrededores del estadio y se suspendió el encuentro. Macri —quien presidió Boca por doce años y ganó diecisiete títulos— enfrentaba un nuevo revés: en vísperas del G20, la imagen del país se desarmó por la violencia de una hinchada desbocada y las fuerzas de seguridad de la ciudad se vieron incapaces de controlar un evento de dimensiones mucho menores que el encuentro entre las principales potencias del planeta.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Redes sociales - Aumenta la desconfianza

Sólo 1 de cada 10 argentinos cree que es verdad lo que ve en redes sociales.
Por Marcelo Bellucci, publicado por Clarín.

Lo reveló una encuesta que midió la confianza de los usuarios en la seguridad y contenidos de Facebook, Twitter e Instagram. Los detalles:

En el lapso de unos años, la ilusión que generaban Facebook, Twitter e Instagram, fue mutando hacia un lento desencanto. Este sentimiento no responde a una sola causa sino a múltiples. La agresión anónima, los perfiles falsos, las noticias fraudulentas, la difamación, la publicidad engañosa y el robo de datos fueron construyendo una desconfianza generalizada. Esta percepción queda confirmada con una encuesta reciente que indica que sólo un argentino de cada diez cree en lo que se dice en las redes sociales.

Redes sociales
Redes sociales. Aumenta la desconfianza, de los usuarios argentinos
por sus contenidos
"Los usuarios utilizan las redes, pero no les tienen confianza. Sólo un 10% piensa que habitualmente dicen la verdad", señaló un estudio de CertiSur llamado "La visión del usuario”, realizado en conjunto con D'Alessio IROL, que compone una radiografía para entender el comportamiento, los hábitos y la opinión de los usuarios de Internet en Argentina. Para su elaboración, se entrevistó a unos 2.000 residentes argentinos que utilizan Internet, durante los meses de septiembre y octubre de 2018.

“Sólo un 10% piensa que su uso es seguro y la información confiable. En Instagram y Twitter el nivel de confianza llega al 11% y en Facebook al 10%”, detalla Nora D'Alessio, vicepresidente de D'Alessio IROL.

No es ninguna novedad que las redes sociales se transformaron en un fango en el que abunda la injuria política, económica y social. 

"Las redes están invadidas por usuarios con perfiles falsos que manejan ejércitos de trolls para influir en la agenda pública a través de opiniones tendenciosas. Pero de a poco, esa falta de transparencia, que muchas veces se disfraza de ironía, se hace evidente para el usuario. Y así, las personas comienzan a dudar y consideran la posibilidad de que el otro, no sea realmente quien dice ser. Este doble moral se volvió evidente en los casos de ciberbullying o grooming, donde menores de edad son engañados deliberadamente por alguien que simula ser un par”, explica Esteban Maioli, investigador del Instituto de Ciencias Sociales de UADE.

Muy emparentado con esta falsa sensación de autenticidad está el concepto de endogamia digital, ya que los algoritmos que buscan niveles de afinidad en las redes sociales tiende a agrupar a personas que poseen un pensamiento semejante en un mismo bloque. Lo que implica que las propias ideas se van asociando progresivamente, hasta desembocar en un tipo de “mentalidad colectiva”.

"Si uno está con personas que opinan igual no se genera debate. Pero de a poco la gente se fue dando cuenta que el 'yo' que se construye en redes sociales es distinto al que se muestra en la realidad. Así, ese personaje ficticio es capaz de controlar lo que quiere decir frente a los demás para obtener algún beneficio o por conveniencia", declara Maioli.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Pronóstico complicado

Climáticamente para ésta semana que estamos iniciando. Se anticipa el pasaje de un frente frío, y  estaría dejando áreas de lluvias y tormentas en amplias regiones del país. Para nuestra ciudad, los modelos consultados están, hoy día, anticipando desde mañana lunes hasta el próximo sábado, días con lluvias y tormentas.

Pronóstico complicado
Foto "Pronóstico complicado", de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados

Los días martes, miércoles y luego el sábado podrían ser los que tengan mayores precipitaciones con posibilidades de tormentas de variada intensidad.

Recuerden que la información proviene de servicios interactivos de pronóstico del tiempo que son dinámicos, por lo que con el cambio de las condiciones éstos también varían en sus predicciones.

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viernes, 23 de noviembre de 2018

Ciberguerra - LikeWar, La "armamentización" de los medios sociales

La guerra física y la ciberguerra ya no se pueden distinguir: realidades de hoy y peligros de mañana.
Publicado por Infobae.

En "LikeWar, The Weaponization of Social Media", que la crítica estadounidense destaca como el mejor libro entre los que analizan la ciberguerra, Peter Singer y Emerson Brooking advierten que internet ya salió de la adolescencia y que la convergencia entre el mundo real y el mundo virtual tiene consecuencias ya que las redes sociales, por naturaleza, son aceleradores de la violencia.

El 14 de noviembre de 2012 Israel comenzó la Operación Pilar Defensivo con el asesinato de Ahmed Yabari, un jefe de Hamas en Gaza. Nada inusual en la dinámica de Medio Oriente. No se puede decir lo mismo de la transmisión del video de la muerte de Yabari en las cuentas de Twitter, Facebook, Tumblr y hasta Pinterest de las fuerzas armadas israelíes. En respuesta, las cuentas de Hamas amenazaron con una guerra infernal. Y unos 10 millones de personas (sólo un millón de la región, el 90% desde el resto del mundo) se sumaron al conflicto virtual en tiempo real.

A medida que Israel avanzaba en sus blancos de los ocho días que duró Pilar Defensivo, sus militares mostraban en las redes sociales los destrozos y las armas incautadas. Hamas comenzó a hacer lo mismo. Y en las plataformas la gente seguía la guerra como una competencia deportiva, eligiendo un lado, alentando e insultando.

Peter Singer (consultor de inteligencia en los Estados Unidos y autor de numerosos libros sobre geopolítica e internet) y Emerson Brooking (especialista en conflicto y redes sociales e investigador del Consejo de Relaciones Exteriores) miraban, también, asombrados: era la primera batalla física en la que el público participaba de manera virtual.

Ya conocían que un hecho del mundo real podía alterar la circulación en las redes. Pero estaban viendo lo opuesto: lo que sucedía en internet afectaba los hechos en el campo de batalla.

Al observar el mapa de los ataques aéreos israelíes notaron que cambiaba según quién iba ganando en la batalla de las redes sociales. Un pico abrupto de simpatía online por Hamas reducía a la mitad los ataques israelíes en el territorio y duplicaba los esfuerzos en las plataformas, lo que hacía que luego aumentaran los ataques reales.

¿La razón? "Los políticos y los comandantes de las fuerzas armadas israelíes no sólo habían leído cuidadosamente los mapas del campo de batalla. También habían mantenido la mirada en sus cuentas de Twitter", escribieron Singer y Brooking en su nuevo libro, LikeWar, The Weaponization of Social Media (Símil-guerra: la armamentización de las redes sociales), que la crítica estadounidense destaca como la gema entre la gran cantidad de textos que analizan las formas de la ciberguerra.

Las autoridades israelíes tomaban decisiones a partir de los tuits y retuits de la gente y también los trolls y los bots. El efecto de escala, o crecimiento descomunal, que caracteriza a los algoritmos, decidía las acciones bélicas físicas. Mientras Pilar Defensivo se desarrollaba las fuerzas armadas de Israel aprendían sobre la particularidad de esta lucha, al punto que crearon unidades militares de guerra online, donde en lugar de municiones se usan memes.

Como casi todos los expertos en ciberseguridad, Singer y Brooking imaginaban la ciberguerra como las acciones "de los hackers que ingresan a las computadoras e implantan líneas maliciosas de código", "una tecno-pesadilla marcada por las redes caídas, la alteración de los mercados financieros y los apagones de electricidad".

Pero a esa distopía se le anticipó esta otra forma, de la que el ex director ejecutivo de Cambridge Analytica, Alexander Nix, se convirtió en profeta accidental: "Suena espantoso, pero estas cosas no necesariamente deben ser verdaderas en la medida en que se crea en ellas".

Es difícil que un libro sobre la guerra no cite a Carl von Clausewitz, y este lo hace para recordar que ella es parte de la política, que forman juntas un continuo en la búsqueda del poder. Y la ciber guerra no es distinta. "Hoy es posible comunicarse directamente con gente con la que uno está ostensiblemente en guerra, enviarles pedidos de 'amistad', persuadirlos o debatir con ellos, o acechar silenciosamente sus vidas digitales. Los soldados que se enfrentan en el campo de batalla pueden encontrarse en línea y darles 'like' o trolear a sus enemigos".

A partir del tesoro de información que la gente vierte en las redes sociales, "se podría identificar a unas pocas decenas de simpatizantes en una población de millones y prepararlos para que cometan actos de violencia contra sus conciudadanos", escribieron. "Voluntarios entusiastas se podrían sumar a brigadas nacionalistas para agitar el odio y el resentimiento entre pueblos rivales, desatando una guerra o un genocidio. Inclusivo podrían dividir y conquistar en la política de otro país a distancia". Y ninguno de esos escenarios, enfatizaron, es hipotético: "Cada uno de ellos ha sucedido ya". Y volverán a suceder.

Desde las naciones más poderosas hasta los defensores de las causas menos populares, todos los combatientes del siglo XX han convertido las redes sociales en un arma para su guerra. "Todos luchan para torcer el ambiente informativo global a su voluntad. Internet, alguna vez un espacio etéreo para la conexión personal, se ha convertido desde entonces en el sistema nervioso del comercio moderno. También se ha convertido en un campo de batalla donde la propia información se convierte en un arma".

En la confluencia inestable donde internet cambia la guerra y la guerra cambia internet, LikeWar estudió el fenómeno desde su disparo inicial, el 4 de mayo de 2009: "Asegúrense de mirar a Donald Trump en Late Night con David Letterman esta noche, para la presentación de Top Ten List", el primer tuit de @realDonaldTrump sobre el cierre de la temporada de The Apprentice.

A nadie llamó la atención: las celebridades se sumaban a la "constelación de servicios emergentes de internet, en los cuales los usuarios podían crear y compartir su propio contenido", como define el libro a las plataformas de entonces. Sin embargo, pronto comenzaron a adquirir otras características: la muerte de Michael Jackson hizo que Twitter se saturase: "La gente usaba las redes sociales para algo nuevo: para vivir las noticias junta, en línea".

Al comienzo sus mensajes  eran esporádicos y escritos por sus colaboradores, sobre presentaciones en televisión y productos Trump, en tercera persona. "Pero en 2011 algo cambió. El volumen de mensajes de Trump en Twitter se quintuplicaron; al año siguiente volvieron a quintuplicarse. Cada vez más estaban en primera persona y, lo más importante, su tono cambió. Este @realDonaldTrump era real. La cuenta también era combativa", agregaron. "Su uso de '¡Penoso!', '¡Perdedor!', '¡Débil!' y '¡Tonto!' pronto alcanzó cientos de ocasiones". Al mismo tiempo se volvieron más políticos.

"Pronto el desarrollador inmobiliario convertido en playboy convertido en artista de espectáculos transformó nuevamente, esta vez en poder político de la derecha. Había allí una voz con la audacia para decir lo que se debía decir, tanto mejor si era 'políticamente incorrecto'. No por azar, Trump comenzó a usar su feed para coquetear con la posibilidad de aspirar a la presidencia, y a derivar a sus seguidores a un nuevo sitio (creado por su abogado Michael Cohen), ShouldTrumpRun.com", escribieron Singer y Brooking.

Y las redes le dieron eso que saben dar: feedback instantáneo.

Cuando tuiteó "Examinemos mejor ese certificado de nacimiento", para poner en duda que Barack Obama fuera ciudadano estadounidense, la reacción fue enorme. "Juntos, Trump y Twitter guiaban la política hacia territorio inexplorado".

El segundo momento histórico de esta LikeWar (que alude tanto a algo similar a la guerra como a una guerra dirimida con likes) llegó en el verano de 2014, mientras el Estado Islámico (ISIS) invadía el norte de Irak y hacía propaganda en las redes sociales: "Publicaban selfies de militantes vestidos de negro e imágenes de Instagram con caravanas", describieron los autores. "Para llevar al máximo las posibilidades de que los algoritmos de internet lo hicieran viral, el esfuerzo se organizó bajo un hashtag revelador: #AllEyesOnISIS".

Pronto el hashtag se convirtió en la tendencia principal en Twitter en árabe. Llegó a las pantallas de millones de usuarios "incluidos los defensores y los residentes de las ciudades en la mira de ISIS". Así las exigencias de rápida rendición se difundieron tanto regional como personalmente".

jueves, 22 de noviembre de 2018

Prepararse para los cambios es vital

Los desastres simultáneos que se esperan con el cambio climático.
Por John Schwartz, publicado por The New York Times.

El calentamiento global representa una gama tan amplia de riesgos para la humanidad, con tantos tipos de fenómenos implicados, que para finales de este siglo algunas partes del mundo podrían enfrentar hasta seis crisis relacionadas con el clima al mismo tiempo, según investigadores.

Esta perspectiva se describe en un artículo publicado el 19 de noviembre en la respetada revista académica Nature Climate Change, en el cual se muestran los efectos del cambio climático a lo largo y ancho de un extenso espectro de problemas, entre los que se incluyen las ondas de calor, los incendios forestales, el aumento del nivel del mar, los huracanes, las inundaciones, las sequías y la escasez de agua potable.

Búsqueda de restos humanos después de la tragedia del reciente incendio en Paradise, California
 Foto de Eric Thayer para The New York Times
Estos problemas ya se presentan en una forma combinada, menciona el autor principal, Camilo Mora, de la Universidad de Hawái, campus Manoa. Mora hizo notar que hace poco tiempo Florida había experimentado una sequía extrema, récords de temperaturas altas e incendios forestales, además del huracán Michael, la poderosa tormenta categoría cuatro que azotó al estado el mes pasado. De forma similar, California está sufriendo los peores incendios forestales en la historia del estado, así como sequías, ondas extremas de calor y una pobre calidad del aire que amenaza la salud de los residentes.

La situación va a empeorar, sentenciaron los autores del artículo. El trabajo proyecta tendencias a futuro e indica que, para 2100, si la humanidad no toma cartas urgentes en el asunto para detener las emisiones de gases de efecto invernadero que fomentan el cambio climático, algunas áreas costeras tropicales del planeta, como la costa atlántica de Centro y Sudamérica, podrían enfrentar hasta seis crisis al mismo tiempo.

Esa posibilidad es “como una película de terror, pero real”, mencionó Mora.

Los autores incluyeron una lista de advertencias sobre la investigación: debido a que se trata de una revisión de artículos, se reflejan algunos de los sesgos potenciales científicos en esta área, entre los cuales se encuentra la posibilidad de que los científicos podrían haberse concentrado en los efectos negativos más que en los positivos; también hay un margen de incertidumbre respecto de la diferencia entre la huella del cambio climático y la variabilidad natural. 

Para 2100, Nueva York podría esperar el golpe de cuatro crisis climáticas al mismo tiempo si las emisiones de carbono continúan al paso actual, según el estudio, pero si las emisiones se reducen de manera significativa esa cifra quizá se pueda reducir a uno. Las regiones en problemas de las costas tropicales podrían ver cómo se reduce de seis a tres el número de riesgos simultáneos.

El artículo explora las formas en que el cambio climático intensifica peligros, además de describir la naturaleza interconectada de estas crisis. Al calentar la atmósfera, las emisiones de gases de efecto invernadero pueden aumentar las sequías en lugares que son secos por naturaleza, “haciendo madurar condiciones para los incendios forestales y las ondas de calor”, aseguraron los investigadores. En zonas más húmedas, una atmósfera más caliente retiene un mayor grado de humedad y fortalece los aguaceros, mientras que el aumento en el nivel del mar dispara la cantidad de tormentas y una mayor temperatura en las aguas marinas puede contribuir a la destructividad general de las tormentas.

Fuerte tormenta

Pasadas las 14:30 de ésta tarde llegó un fuerte frente honda de tormentas en evolución en la región, de sur a norte. Fuertes ráfagas de viento se midieron en algunas estaciones meteorológicas automáticas con velocidades de hasta 65 km/h.

Las ráfagas de viento levantaron cortinas de polvo que por momentos limitaban la visibilidad a unas pocas decenas de metros. Tras unos cuarentas minutos llegó la lluvia, y desde ese momento precipita intensamente. El agua aplacó el polvo y la visibilidad mejoró a no más de 200 metros.

Una fuerte tormenta se abate sobre la ciudad. Al momento de éste post habían precipitado intensamente unos 30 mm. Puede que finalizado el evento esa marca sea superada en algunas zonas.

Tormenta
Foto de la serie Tormenta, de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados

Las calles del barrio están con agua sobre el cordón de las veredas. Nos llegan noticias que algunas zonas de la ciudad se han quedado sin el suministro de la energía eléctrica. En esas zonas hay también problemas con los servicios de telefonía móvil.

Es posible, como en otros eventos similares, se hayan producido múltiples y variados inconvenientes y no pocos la estén pasando bien.

Actualización 23/11/2018.

En general todos los diario locales cubrieron sus portadas y secciones locales con noticias e imágenes de la fuerte tormenta que nos golpeó. El diario El Liberal colocó una nota con el título "Horas de temor en Santiago: el tornado ocasionó grandes destrozos en toda la capital", donde informó que "según los organismos meteorológicos locales y nacionales, el viento superó los 100 k/h. Como consecuencia, el inusitado tornado dejó sin servicio eléctrico a parte de la capital. Esta situación fue generada por la caída de árboles y ramas sobre las líneas eléctricas".

Hoy el mismo medio publica una nota titulada "Hay que esperar tormentas de volumen importante con una gran capacidad destructiva". Según la opinión del Dr. Juan Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano de Tucumán, "no descarta la llegada de nuevas tormentas de estas características para la próxima semana".

Todas las fotografías con Todos los derechos reservados por Jorge S. King© 2006-2018 Absténgase de utilizarlas

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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Sobre el papel del e-voto, las redes sociales y la mensajería instantánea en las elecciones

El otro voto electrónico: campañas electorales, tecnología digital y redes sociales.
Por Eugenia Mitchelstein y Pablo J. Boczkowski, publicado por Infobae.

En las últimas elecciones de representantes, senadores y gobernadores en Estados Unidos, las cuentas de los candidatos demócratas tuvieron quince millones de interacciones y los republicanos cinco millones de comentarios, me gusta, o posteos compartidos en el último mes de campaña. Los partidos destinaron recursos a Facebook porque 68% de los estadounidenses accede a esa red social y 44% la usa para enterarse de las noticias.

Urnas electrónicas en EE.UU. foto de Reuters, vista en Infobae
Las redes sociales también fueron fundamentales para el acceso a información en las recientes elecciones presidenciales en Brasil: 65% de los adultos en ese país usa WhatsApp, y 46% leyó noticias sobre política durante la campaña.

¿Qué rol jugaron la tecnología digital y las redes sociales en estas y otras campañas electorales en las Américas durante 2018?

Daniel Kreiss, profesor en University of North Carolina, propone que "los Estados Unidos han entrado en una nueva era de campañas tecnológicamente intensivas, en las que todo lo que hacen los partidos, desde contactar a los votantes en sus casas hasta pautas anuncios en televisión, ahora tiene un componente de datos subyacente".

Kreiss, autor del libro Prototype Politics, sobre cómo los partidos políticos empezaron a usar tecnología entre 2004 y 2014, ejemplifica: "[las campañas] usan los datos de los votantes en las redes sociales para publicar anuncios digitales de forma cada vez más personalizada, diseñada para atraer a pequeños grupos de votantes".

Natalie Jomini Stroud, profesora en la University of Texas y autora de Niche News: The Politics of News Choice, agrega que "las redes sociales también permiten que las campañas prueben varias estrategias en tiempo real y descubran qué mensajes funcionan mejor con diferentes segmentos del público".

En Brasil, la legislación exige que los canales de televisión asignen a las campañas espacio publicitario gratuito, proporcional a la representación de los partidos políticos en el Congreso. Rachel Reis Mourao, profesora en la Michigan State University, cree que "esto castigaba a los outsiders, ya que los candidatos de coaliciones que incluyen partidos tradicionales obtienen mucho más tiempo en el aire".

Sin embargo, "en las redes sociales, los candidatos pueden pasar por alto el horário eleitoral gratuito, reduciendo el poder de las coaliciones", precisa Mourao. "Por ejemplo, el presidente electo Bolsonaro solo tuvo unos 8 segundos por bloque durante el programa, mientras el candidato al centro Alckmin tuvo aproximadamente 5 minutos de tiempo de transmisión, pero aún así terminó con menos del 5% de los votos".

Marco Aurelio Ruediger, director de Análisis de Políticas Públicas en la Fundación Getulio Vargas (FGV), y Lucas Calil, investigador de la misma institución, hacen hincapié en el rol que tuvieron las redes sociales en la reciente elección presidencial en Brasil: "La mayoría de los brasileños confían en los grupos de WhatsApp para acceder a información e interactuar con amigos y familiares, y las campañas han organizado grupos específicos para producir contenido orientado a la web (memes, enlaces, videos, textos). Por eso, sin los recursos políticos tradicionales y gastando menos dinero, han podido llegar a millones de ciudadanos que no vieron la propaganda electoral en la televisión y no confían en los medios tradicionales para obtener información sobre los candidatos y sus propuestas".

Flavia Freidenberg, profesora de la Universidad Autónoma de México, propone que "las redes tienen un papel clave porque el mensaje llega de un emisor conocido (fundamentalmente en Facebook o WhatsApp), en el que previamente se confía y se reconoce y que, por tanto, el receptor el mensaje le dota de una credibilidad inicial".

Las redes también habilitan a los ciudadanos a reaccionar en tiempo real a los eventos de la campaña, en un proceso de hibridación con medios como la televisión. Víctor García Perdomo, profesor de la Universidad de La Sabana en Colombia, indica que esta hibridación "permite que el televidente tradicional utilice múltiples plataformas para expresarse políticamente y para mantener una interacción paralela que por lo general incluye una visión crítica a la agenda de los medios".

¿Cómo han reaccionado los actores tradicionales, como los medios de comunicación y los partidos políticos, a estos cambios?

Sebastián Valenzuela, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala que ya no se concibe en su país "una campaña o movimiento social sin estar en Facebook o Instagram, con una fuerte coordinación de los dirigentes vía WhatsApp. Sin embargo, hay una aproximación a ellas bastante anticuada aún, muy de comunicación tradicional".