El Ojo de la Providencia, más conocido como "el ojo que todo lo ve" es un símbolo sobre la humanidad. La simbología básica está relacionada con la vista, la luz, la sabiduría y el espíritu, por lo que su historia está relacionada con el uso de éste símbolo dentro de las religiones históricas y mitologías. Para el Cristianismo representa la ubicuidad de la Santísima Trinidad, así como la omnipresencia divina y su vigilancia constante sobre su creación.
A lo largo de la historia de la humanidad los poderosos han querido tener esa capacidad de verlo todo, de controlarlo todo, y hasta de ser de alguna manera "omnipresentes".
A lo largo de la historia de la humanidad los poderosos han querido tener esa capacidad de verlo todo, de controlarlo todo, y hasta de ser de alguna manera "omnipresentes".
Foto: "El Ojo de la Providencia", sobre el altar de la Catedral Basílica de Santiago del Estero. Foto de Jorge S. King ©Todos los derechos reservados |
Para los adeptos y estudiosos de las teorías conspirativas simboliza el control y la dominación por unas sombrías élites, de las cuales algunos dicen que en gran medida dirigen casi todo sobre este planeta. Algo difícil de creer, uno no está con la teoría del complot permanente.
En realidad esa capacidad de "ver y controlar mucho" hay que atribuirla a muchos más de lo que se puede pensar, hay corporaciones, empresas, gobiernos, organizaciones, entidades, sociedades y hasta individuos que "juntan" información y realizan seguimientos. Internet y el permanente desarrollo de las tecnologías de información y comunicación les ha facilitado la tarea.
Especialmente en ámbitos empresariales la recolección sofisticada de datos es crucial, desde hace mucho, para el crecimiento de negocios. Es un hecho que para dirigirse a posibles clientes en los mercados, las empresas con destrezas tecnológicas compran suscripciones de datos y se asocian con firmas que identifican a potenciales compradores empleando métricas cada vez más precisas.
En general las empresas que ofrecen servicios gratuitos como Gmail. Hotmail, Yahoo Mail, etc. advierten que la información del usuario será usada para fines comerciales, pero no de forma pública, a menos que se les exijan los datos con una orden judicial. Los buscadores y redes sociales registran y siguen las búsquedas de los usuarios, las combinan con los perfiles de usuario y luego les ofrecen publicidad online a medida.
Especialmente en ámbitos empresariales la recolección sofisticada de datos es crucial, desde hace mucho, para el crecimiento de negocios. Es un hecho que para dirigirse a posibles clientes en los mercados, las empresas con destrezas tecnológicas compran suscripciones de datos y se asocian con firmas que identifican a potenciales compradores empleando métricas cada vez más precisas.
En general las empresas que ofrecen servicios gratuitos como Gmail. Hotmail, Yahoo Mail, etc. advierten que la información del usuario será usada para fines comerciales, pero no de forma pública, a menos que se les exijan los datos con una orden judicial. Los buscadores y redes sociales registran y siguen las búsquedas de los usuarios, las combinan con los perfiles de usuario y luego les ofrecen publicidad online a medida.
Queda claro que en un escenario complicado por múltiples, variables y permanentes amenazas, como lo es Internet, no se pueda dejar de pensar en seguridad y vigilancia. El cibercrimen y el ciberterrorismo existen, y sobran los ejemplos sobre sus acciones y efectos, por lo que se hace necesario que las sociedades tengan una respuesta a éstos peligros. No pocos estados han implementado, vía diversos servicios de seguridad, sistemas que apuntan a defenderse del cibercrimen y el ciberterrorismo.
Lamentablemente las mismas cualidades de las tecnologías de información y comunicación que permiten por un lado desarrollar a las sociedades, mejorando sus capacidades de comunicación, intercambio y economía, permiten a la vez vulnerar derechos como el de la privacidad, en función de otros fines muy distintos como el ciberespionaje y el crackeo, muy utilizados por los organismos de seguridad, el cibercrimen y el ciberterrorismo.
Por dar un par de ejemplos: a) Las webcam están presente casi en el 99% de las laptops, notebooks, tablets, smtphones, etc., hoy en día, cualquiera con conocimientos un poco más que básicos en algunas técnicas y mediante el uso de herramientas bajadas del web, puede invadir nuestra privacidad, espiarnos en nuestra intimidad sin que nosotros seamos capaces ni siquiera de percibirlo. b) Existen buscadores, como Shodan que puede encontrar hasta las cámaras de seguridad que cualquiera tiene conectada a Internet para vigilar su casa. Un ciberdelincuente puede hacer acceder a ellas y realizar inteligencia previa para dar un golpe.
En el mundo de la seguridad informática se ve cada vez con mayor preocupación el hecho que cualquiera con un ordenador y algo de dominio de la informática pueden acceder a equipos ajenos (laptops, notebooks, tablets, smtphones, etc.) mediante el uso de malware del tipo RAT (Remote Administration Tools), que te permiten gestionar el hardware y el software de cualquier equipo conectado a Internet, preferentemente de las redes públicas por ser las menos seguras.
Se estima que el 90% de las empresas que emiten wifi público no toman las medidas de seguridad necesarias para frustrar a los ciberatacantes. Ese porcentaje es variable según el país que se trate. En algunos donde en la sociedad hay más conciencia de la necesidad de criterios y técnicas de seguridad, el porcentaje es notablemente menor.
Los servicios de seguridad de las naciones más atacadas ven cada vez más que los "enemigos" no son conocidos y no existen en un mapa, no son naciones, son individuos, mercenarios que no pocas veces están asociados para llevar adelante una acción determinada, a veces al servicio de una organización gubernamental en un país con altos niveles de corrupción.
En fin, lo cierto es que los usuarios de Internet y sus datos, por variados motivos y métodos estamos expuestos, y no ante un "Gran Hermano", que señalan los adeptos a la teoría del complot permanente, sino a las ambiciones propias de nuestras sociedades. Hay quienes señalan que Internet se ha convertido en un ámbito militar como cualquier otro, donde el espionaje es algo habitual, incluso entre aliados. Pues, en la teoría, tanto los adversarios y los aliados pueden estar haciendo lo mismo.
Ante semejante panorama, donde la ley parece estar jugando un papel cada vez menor, el usuario debe estar atento a la situación, comprender que cualquiera puede ser víctima del ciberespionaje, y debe saber que existen estrategias para minimizar el rastreo constante o al menos necesita ser consciente y cauteloso con lo que comparte en Internet.
El 6 de junio de 2013, el diario británico The Guardian informó que la NSA tenía acceso a las llamadas telefónicas de millones de clientes de la compañía Verizon, amparándose en una orden judicial secreta. Al siguiente día, el estadounidense The Washington Post expone que los servicios de inteligencia, NSA y FBI también accedían a los servidores de nueve empresas, entre ellas Google, Facebook, Apple, Microsoft y Yahoo, para interceptar y vigilar las comunicaciones de usuarios extranjeros fuera de EEUU.Pero en muchos casos, los gobiernos con el argumento de defenderse de esas problemáticas, establecieron el uso de sistemas que apuntan a todos los ciudadanos y accionan sin respetar derechos y garantías. Son conocidos los casos de gobiernos que restringen la libertad de expresión vigilando el uso de redes sociales y otros sistemas de comunicación masivos.
Snowden revela la existencia de Prism, un programa secreto de ciberespionaje que partió de una ley creada durante la presidencia de George Bush y que se aprobó al año siguiente de los trágicos atentados del 11-S.
Lamentablemente las mismas cualidades de las tecnologías de información y comunicación que permiten por un lado desarrollar a las sociedades, mejorando sus capacidades de comunicación, intercambio y economía, permiten a la vez vulnerar derechos como el de la privacidad, en función de otros fines muy distintos como el ciberespionaje y el crackeo, muy utilizados por los organismos de seguridad, el cibercrimen y el ciberterrorismo.
Por dar un par de ejemplos: a) Las webcam están presente casi en el 99% de las laptops, notebooks, tablets, smtphones, etc., hoy en día, cualquiera con conocimientos un poco más que básicos en algunas técnicas y mediante el uso de herramientas bajadas del web, puede invadir nuestra privacidad, espiarnos en nuestra intimidad sin que nosotros seamos capaces ni siquiera de percibirlo. b) Existen buscadores, como Shodan que puede encontrar hasta las cámaras de seguridad que cualquiera tiene conectada a Internet para vigilar su casa. Un ciberdelincuente puede hacer acceder a ellas y realizar inteligencia previa para dar un golpe.
En el mundo de la seguridad informática se ve cada vez con mayor preocupación el hecho que cualquiera con un ordenador y algo de dominio de la informática pueden acceder a equipos ajenos (laptops, notebooks, tablets, smtphones, etc.) mediante el uso de malware del tipo RAT (Remote Administration Tools), que te permiten gestionar el hardware y el software de cualquier equipo conectado a Internet, preferentemente de las redes públicas por ser las menos seguras.
Se estima que el 90% de las empresas que emiten wifi público no toman las medidas de seguridad necesarias para frustrar a los ciberatacantes. Ese porcentaje es variable según el país que se trate. En algunos donde en la sociedad hay más conciencia de la necesidad de criterios y técnicas de seguridad, el porcentaje es notablemente menor.
Los servicios de seguridad de las naciones más atacadas ven cada vez más que los "enemigos" no son conocidos y no existen en un mapa, no son naciones, son individuos, mercenarios que no pocas veces están asociados para llevar adelante una acción determinada, a veces al servicio de una organización gubernamental en un país con altos niveles de corrupción.
En fin, lo cierto es que los usuarios de Internet y sus datos, por variados motivos y métodos estamos expuestos, y no ante un "Gran Hermano", que señalan los adeptos a la teoría del complot permanente, sino a las ambiciones propias de nuestras sociedades. Hay quienes señalan que Internet se ha convertido en un ámbito militar como cualquier otro, donde el espionaje es algo habitual, incluso entre aliados. Pues, en la teoría, tanto los adversarios y los aliados pueden estar haciendo lo mismo.
Ante semejante panorama, donde la ley parece estar jugando un papel cada vez menor, el usuario debe estar atento a la situación, comprender que cualquiera puede ser víctima del ciberespionaje, y debe saber que existen estrategias para minimizar el rastreo constante o al menos necesita ser consciente y cauteloso con lo que comparte en Internet.
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