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miércoles, 29 de enero de 2014

¿Una suerte de inteligencia extra está llegando a las personas?

Google Maps para Android
Foto: "Google Maps para Android", en un smartphone ©Todos los derechos reservados
Cuando el ser inteligente no es tan inteligente
Por Tom Chatfield, Columnista, BBC Future. Visto en BBC Mundo.

El "jefe promotor de tecnología" de Google, Michael Jones, recientemente hizo una declaración asombrosa y audaz.
"Efectivamente, la gente de hoy en día es aproximadamente unos 20 puntos de CI (coeficiente intelectual) más inteligente gracias al buscador de Google y a sus mapas", le dijo Jones a la revista Atlantic y añadió:

"Ellos no le dan crédito a Google por eso, lo que está bien; piensan que son más inteligentes porque pueden contar con esas herramientas".

Jones es uno de los cerebros más originales detrás de Google Mapas, una herramienta cuyas últimas innovaciones incluyen algunos de los primeros mapas detallados de Corea del Norte. Como tal, está capacitado como pocos para justificar esa frase.

Según él, a través de estas herramientas tecnológicas, una "suerte de inteligencia extra está llegando a las personas".
Y está siendo distribuida de una forma tan fluida que la mayoría de la gente sólo nota su existencia cuando algo no funciona. En ese momento "sienten como si un quinto de su cerebro fue extirpado".

No más desorden

"Inteligente" es una de las palabras icónicas de nuestros tiempos.

Cuando el primer "teléfono inteligente" apareció en 1997, cortesía de la firma sueca Ericsson, la etiqueta fue cuidadosamente elegida para significar un evolucionario paso hacia adelante:

La transición de una herramienta pasiva, usada para hacer y recibir llamadas, a un dispositivo interactivo que ofrecía -según las palabras impresas en su empaque original- no solo un "cuaderno de notas/libro de direcciones/calendario, sino también la entonces milagrosa promesa de "voz/correo electrónico/mensajes de texto/internet en el bolsillo de cada uno".

Hoy, como señala la frase de Jones, "inteligencia" sugiere un tipo particular de sofisticación aportada por las máquinas en la vida cotidiana: la sofisticación de herramientas que aumentan sin esfuerzo nuestras capacidades de pensar y actuar a tal punto que pensamos que nos estamos volviendo más inteligentes.

Los "20 puntos de CI" que Jones dice han sido aportados por el buscador de Google y sus mapas son sólo el comienzo.

Desde autos inteligentes a ciudades inteligentes, pasando por lentes inteligentes y refrigeradoras inteligentes, vivimos en una época en la que cada faceta del mundo manufacturado vendrá muy pronto con su propia y útil cuota de inteligencia artificial.

Para los grandes defensores de la tecnología, todo esto es para mejor.

Dispositivos más inteligentes implican gente más inteligente, comportamientos más inteligentes, y menos de esa incompetencia desordenada que nos lleva a perdernos, chocar autos o quedarnos sin leche.

Los riesgos de lo inteligente

Para otros, en cambio, "inteligente" es una palabra peligrosa, una que amerita un determinado tipo de miedo: el hecho de que construir un mundo inteligente sea algo extremadamente estúpido.

Cada año, la revista Edge le formula una sola pregunta a algunas de las mentes más brillantes del mundo. Su elección de 2013 fue la alegre "¿de qué deberíamos preocuparnos?".

Para el controvertido experto en tecnología Evgeny Morozov, la mejor respuesta es la palabra "inteligente" en sí misma.
"Toda esta fascinación por lo inteligente va a convertir nuestro entorno en algo más plástico y programable", respondió Morozov y agregó:

"Se va a volver también muy tentador descartar las imperfecciones -¡solo porque podemos!- de nuestras interacciones, nuestras instituciones sociales, nuestras políticas... Si los solucionadores de problemas pueden lograr que recicles a través de un juego, ¿se van a molestar en la opción menos efectiva de interesarte en un razonamiento moral?".

Morozov rechaza el razonamiento de que los dispositivos nuevos automáticamente vuelven a la gente más inteligente.

Por el contrario, él sugiere que una ignorancia particular merodea en el razonamiento de que las "imperfecciones" deberían ser borradas de nuestra existencia, especialmente porque esas imperfecciones son un elemento crucial que nos hace más resistentes, creativos y éticamente responsables en primer lugar.

"Cegados por la fascinación de nuestras herramientas, podemos olvidar que algunos problemas y algunas imperfecciones son el precio normal de aceptar el contrato social de vivir con otros seres humanos, de tratarlos con dignidad y de asegurar que, en nuestra reciente búsqueda por la sociedad perfecta, no le cerramos la puerta al cambio".

Criatura antifrágiles

En este aspecto, las críticas de Morozov se superponen con otra palabra contemporánea muy significativa: "fragilidad".

Como dice el autor del libro "Cisne Negro", Nassim Nicholas Taleb, en su texto de 2012 "Antifragilidad", un sistema frágil se rompe fácilmente bajo la presión de resquebrajamientos e irregularidades no esperadas.

El sistema financiero global fue uno de estos sistemas en la crisis de 2008, con sus conjeturas cerradas sobre los riesgos y la serie en cascada de malas deudas.

"Antifragilidad", por contraste, describe un sistema que es capaz de desarrollarse en la incertidumbre, y que no colapsará por circunstancias que sus diseñadores no anticiparon.

Para Taleb, los humanos son naturalmente criaturas "antifrágiles". Nuestras mejores cualidades, desde la creatividad a la compasión, están alimentadas por ciertas cantidades de estrés, desorden e incertidumbre, y son desafiladas por excesivas facilidades y aislamiento de las consecuencias.

Si vamos a crecer como personas, dice Taleb, debemos experimentar la sorpresa, la derrota y la desilusión, y no ser seducidos por la idea de que todas las consecuencias han sido anticipadas en nuestro nombre.

Esto, para él, "es la tragedia de la modernidad, como los padres neuróticamente sobreprotectores, aquellos que tratan de ayudarnos son los que usualmente nos lastiman más".

Colapso digital

El daño no solo yace en el fracaso del desarrollo personal. La paradoja central de las tecnologías "inteligentes" es que el poder que ofrecen viene de la mano con una vulnerabilidad sin precedentes.

Mientras más compleja se vuelve la infraestructura global para sostener las herramientas y los servicios más básicos en nuestras vidas, más vulnerable se torna a crisis inesperadas -desde cortes de energía a tensiones sociales- y más vulnerables nos volvemos nosotros en el camino.

Nada de eso niega la utilidad de los mapas de Google como herramientas, o la alegría de vértigo de explorar lugares como Dakota del Sur o Corea del Norte a través de servicios como Google Earth.

Tecnologías inconcebibles un par de décadas atrás hoy se encuentran en las manos de millones. Y esas manos se aferran con alegría a sus teléfonos inteligentes.

Es lo que esas manos hacen o dejan de hacer lo que realmente importa, y cuál es el precio detrás de los beneficios de cada uno de estos dispositivos.

Lo sucedió en el mundo de las finanzas, quizás pase en el mundo tecnológico. Si los grandes edificios digitales se caen -aunque sea temporalmente- serán aquellos que más dependen de estas herramientas los que terminen pareciendo más estúpidos.

Pero todos corremos el riesgo de no hacer un análisis crítico de la vida inteligente, de un tejido social hecho a máquina que, con solo presionar un botón o cortar un cable, puede deshacerse por completo. / Por Tom Chatfield, Columnista, BBC Future. Visto en BBC Mundo.

sábado, 14 de diciembre de 2013

La catástrofe del supervolcán Toba, cuando casi desaparecemos como especie


Lago Toba, en Sumatra Occidental. Visto en Google Map

Ésta mañana, viendo un documental que explicaba como la evolución del planeta fue condicionando nuestro al cuerpo y la inteligencia humana, me entero de la teoría de la casi extinción masiva tras la erupción del supervolcán de Toba, en el norte de la isla indonesia de Sumatra, explotó como una caldera con una fuerza 3000 veces superior a la erupción del monte Santa Helena.

Sucedió durante la Prehistoria, hace entre 70.000 y 75.000 años, en la que, según algunos estudios realizados, como los de Stanley Ambrose de la Universidad de Illinois, la humanidad de ese entonces (Homo Sapiens) estuvo a punto de extinguirse.

Los estudios se basan en las evidencias obtenidas de fósiles y la arqueología, pero principalmente en evidencias genéticas (estudiando los genes humanos ) que apuntan a la existencia de un "cuello de botella" en la población mundial, que indica que todos los seres humanos (toda la población actual del planeta) provenimos de un grupo relativamente pequeño de supervivientes, unos 5.000 según algunas estimaciones o tan solo 1.000 parejas reproductoras según otras. Esto se considera casi como el umbral mínimo, en lo que a número de individuos con capacidad para tener descendencia se refiere, por debajo del cual la supervivencia de una especie como la nuestra no resulta viable.

La erupción del supervolcán del Toba, ha dejado como rastro el actual lago Toba (el lago volcánico más grande del mundo, de 100 km × 30 km y 505 m de profundidad). Se han encontrado restos directos de esta explosión hasta en lugares alejados varios miles de kilómetros como el Sur de la India.

Se señala que ese episodio de semejante magnitud emitió una muy importante cantidad de gases sulfurosos y cenizas a la atmósfera afectando el clima mundial, produciéndose lo que se llaman un "invierno volcánico", al crear estas emisiones una pantalla en las capas altas de la atmósfera que impedía que parte de la radiación solar llegara a la superficie.

Según Ambrose, "esto provocó una caída de la media de las temperaturas de unos 3 a 3,5 °C, con un invierno volcánico global que pudo durar entre 6 y 7 años. En las regiones templadas produjo una disminución de las temperaturas globales de 15 °C de promedio, lo que representa un cambio drástico en el ambiente, que debió producir múltiples cuellos de botella de población en varias especies homo que debían existir en la época, incluyendo la nuestra e incluso llevando a la extinción a muchas de ellas" (Wikipedia).

Las regiones más afectadas por los trastornos fueron principalmente Asia, Oceanía y la mayor parte de África, lugares estos ocupados por los humanos de entonces (pues todavía no se habían expandido a Europa ni mucho menos al continente americano). Fue precisamente por eso que la población de nuestros antiguos antepasados se vio tan afectada por la erupción del Toba.

La verdad es que quedé muy sorprendido, lo primero que se me dio por pensar es que medio que casi somos todos parientes, aunque parezca increíble. Por otro lado pienso que hoy los humanos nos hemos expandido por el planeta, lejos de conservarlo estamos actuando como un parásito, consumiendo sus recursos casi irrasionalmente. El tema da para pensar mucho ¿verdad?.

Fuentes:
Teoría de la catástrofe de Toba. Wikipedia.
Toba catastrophe theory. Wikipedia.
La catástrofe del Toba. El día en que la humanidad estuvo a punto de desaparecer. Agencia Tigris.
La terrible catástrofe de Toba, cuando el Homo Sapiens estuvo en verdadero peligro de extinción. YURI LEVERATTO.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Aterrizando en Hulhule - islas Maldivas - con un A330-200

Visto en YouTube, vía dnhug

Un excelente vídeo de una aproximación y aterrizaje de un SWISS A330-200, totalmente filmado desde el cockpit. Impresionante panorama de las Islas Maldivas.


Vista de la Isla Hulhule, con el Ibrahim Nasir International Airport. Visto en Google Maps.

Hulhule, en las Maldivas, es una isla situada en el atolón de Malé norte. Ampliada muchas veces, es en gran parte ocupada por la infraestructura del Aeropuerto Internacional de Male. Las Maldivas se componen de veintiséis atolones naturales los cuales han sido organizados en veinte administraciones de atolones y una ciudad.

Malé es la capital de la República de las Maldivas, la ciudad está localizada en la isla del mismo nombre. La isla está totalmente urbanizada, y está dividida en cuatro áreas.