Sobre la Iglesia que deja Francisco

Comparto un interesante artículo de opinión, y mi opinión personal al respecto:

Artículo:

El fin del papado imperial
Francisco deja una iglesia más débil, pero le abrió oportunidades al cristianismo

Las debilidades del Papa abrieron la puerta a otras posibilidades para los cristianos y los católicos

Por Ross Douthat, publicado por The New York Times, replicado en La Nación

Foto de Andrew Medichini - AP, vista en La Nación

El papa Francisco, quien partió a su recompensa la mañana después de Pascua a los 88 años, fue una versión del papa liberal que muchos católicos habían deseado con fervor durante el largo pontificado de Juan Pablo II y el más breve de Benedicto XVI: un hombre cuya visión del mundo fue moldeada y definida por el Concilio Vaticano II y cuyo pontificado buscó renovar su revolución, una gran modernización de la Iglesia Católica.

En al menos un sentido, tuvo éxito. Durante generaciones, los modernizadores lamentaron el desmedido poder del papado, el anacronismo de una autoridad monárquica en una era democrática, la forma en que el concepto de infalibilidad papal congelaba los debates católicos mientras el mundo avanzaba a toda velocidad. En teoría, Francisco compartía esas preocupaciones, prometiendo una iglesia más colegiada y orientada horizontalmente, más sinodal, en la jerga de la burocracia católica. En la práctica, a menudo utilizó su poder de la misma manera que sus predecesores: para vigilar y suprimir desviaciones de su autoridad, salvo que esta vez los objetivos eran los conservadores disidentes y tradicionalistas, en lugar de los progresistas y modernizadores...

Lea el artículo completo en La Nación o en The New York Times (Pope Francis and the End of the Imperial Papacy)

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Opinión personal:

Cuando tras la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, nuestro arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, en casa nos alegramos y conmovimos hasta las lágrimas, agradeciendo devotamente a nuestro querido Tata Dios por concedernos un papa argentino. Pienso que mayor o menor medida en general todos los argentinos lo vivimos así. Y nos generó grandes expectativas.

Con el tiempo en casa y en nuestro ámbito, lamentablemente no estuvimos felices con el plano político y algunas formas ideológicas que fue desarrollando Francisco en su pontificado. Sin embargo, siempre respetamos su autoridad, validamos todo lo bueno de sus acciones y rogamos por él, especialmente en los últimos tiempo que tuvo que afrontar sus problemas de salud.

Como siempre lo he dicho, soy cristiano, católico y conservador. No creo que la Iglesia se deba "modernizar".

Creo que tal como señala el artículo "Francisco derribó el último gran pilar que sostenía un papado fuerte y dejó el cargo de San Pedro en la misma posición que la mayoría de las instituciones del siglo XXI: dotado de poder pero falto de credibilidad, flotando en carisma sin legitimidad subyacente".

En los próximos días se plantea el Conclave para elegir a su sucesor, el próximo papa. Mi deseo es que se elijan a alguien de mentalidad y teología tradicional y ortodoxa. Valido ésta posición porque el Dogma no cambia, y con ello la Moral Fundamental no debe cambiar por varias razones fundamentales, arraigadas en la comprensión de Dios, la verdad y la naturaleza de la fe cristiana.

Para entender ésto se debe tener en cuenta:

• La inmutabilidad de Dios: Esta inmutabilidad divina garantiza que la verdad revelada por Dios es eterna y constante, trascendiendo las fluctuaciones de la cultura, la filosofía o la opinión humana.
• La verdad revelada es absoluta: El dogma cristiano se considera la articulación de las verdades que Dios ha revelado a la humanidad, principalmente a través de las Sagradas Escrituras y la Tradición Apostólica. Creemos firmemente que estas verdades son objetivas y absolutas, no sujetas a la interpretación subjetiva o a las modas temporales. Cambiar el dogma implicaría que la verdad divina puede evolucionar o ser incorrecta en algún momento, lo que socavaría su autoridad divina. Como se afirmó en el Primer Concilio Vaticano en 1870, el "sentido de los dogmas sagrados que una vez declaró la Santa Madre Iglesia, debe ser perpetuamente retenido; y nunca se debe abandonar ese sentido bajo el pretexto o apariencia de una comprensión más profunda".
• La naturaleza de la fe: La fe cristiana implica una adhesión firme y confiada a las verdades que Dios ha revelado. Si estas verdades fueran susceptibles de cambio, la naturaleza misma de la fe como una certeza basada en la autoridad divina se vería comprometida.
• El papel del Magisterio: En las tradiciones cristianas con un Magisterio (como la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa), se cree que este tiene la autoridad divina para guardar, preservar y enseñar las verdades reveladas de manera infalible. El Magisterio no crea nuevos dogmas, sino que declara formalmente verdades que ya están contenidas en la Revelación divina o que tienen una conexión necesaria con ella. Su función es interpretar y explicar la fe, no alterarla.

Otros puntos importantes en los que la Iglesia Católica debe ser inflexible son:

• La Moral Fundamental, los principios morales esenciales que se derivan de la ley natural y de la revelación divina, y que guían la conducta humana hacia Dios y el prójimo.
• La estructura esencial de la Iglesia, la jerarquía instituida por Cristo, con el Papa como cabeza del colegio episcopal, y los obispos como sucesores de los apóstoles, junto con los sacerdotes y diáconos que colaboran en su ministerio.
• La disciplina eclesiástica, las leyes y normas que rigen la vida de la Iglesia (por ejemplo, sobre el celibato sacerdotal en la Iglesia latina, las normas de ayuno, las estructuras pastorales) pueden cambiar para responder mejor a las necesidades pastorales y al bien común de la Iglesia, siempre y cuando no contradigan el dogma o la moral fundamental.

Históricamente la Iglesia Católica mantiene una firmeza inquebrantable en lo que considera la verdad revelada por Dios y los principios morales fundamentales, mientras que en los últimos tiempos ha mostrado flexibilidad y capacidad de adaptación en las formas de vivir, expresar y comunicar esa fe en los diversos contextos históricos y culturales.

Para algunos esa distinción le permite ser fiel a su misión divina y, al mismo tiempo, relevante para cada generación.

No estoy tan seguro, me siento más seguro con el código estricto. Será por mi edad, mi forma de vida, mis códigos y protocolos ajustados a los principios morales fundamentales.

Para algunos soy un dinosaurio, bueno, me siento orgulloso y hasta feliz de morir dinosaurio.-

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