Mucho de lo que está pasando tiene que ver con la visión que Putin tiene de la geopolítica y su proyecto personal para construir una posición dominante para Rusia en el Mundo, con él como supremo.
Entre sus asesores está Aleksandr Dugin, es quien le da forma filosófica a las proyecciones políticas del jefe de estado ruso.Un libro de su autoría, publicado en 1997, da inicio a esta nueva era que cautivó el plan geopolítico de Putin. Lleva el pomposo título: “Los fundamentos de la geopolítica: El futuro geopolítico de Rusia”. En él, Dugin estructura todo el plan que tiene en su cabeza y que trasladó al hombre que lo escucha en el Kremlin. “Los agentes rusos deberían fomentar las divisiones raciales, religiosas y seccionales dentro de Estados Unidos mientras promueven las facciones aislacionistas de ese país. En Gran Bretaña, el esfuerzo de operaciones psicológicas debería centrarse en exacerbar las desavenencias históricas con la Europa continental y los movimientos separatistas en Escocia, Gales e Irlanda. Europa occidental, mientras tanto, debería ser atraída en dirección a Rusia por el atractivo de los recursos naturales: petróleo, gas y alimentos. La OTAN se derrumbaría desde dentro”.
América Latina en los planes
Desde hace un par de décadas el marcado activismo geopolítico ruso se ha incrementado en países como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Brasil, Argentina y México como oportunidades para establecer mecanismos de cooperación económica e incluso militar, así como factores de carácter disuasivo a la hora de establecer "equilibrios" en la relación con EE UU, la histórica potencia hegemónica del hemisférico.
En los últimos años Brasil, Argentina y México han aumentado sus vínculos estratégicos con Rusia y China. Y la injerencia de Rusia en éstos países ha alcanzado niveles importantes.
Cobran especial atención las victorias que desde 2019 ha alcanzado la izquierda en Bolivia, Perú, Chile, Honduras y Colombia, así como el retorno de Lula da Silva a la presidencia de Brasil tras los comicios de octubre de 2022. Este impulso político a la izquierda a nivel hemisférico busca también ampliar esas alianzas exteriores con actores emergentes (Rusia, China, India, Turquía e Irán) a través de foros globales (BRICS), lo cual aprecia un desafío a los intereses de Washington en la región.