Páginas

martes, 17 de noviembre de 2020

Los celestinos

El celestino común (Thraupis sayaca), también llamado chogüí, en algunas regiones le dicen sayubú, es un ave de la familia Thraupidae. Un hermoso pajarito, los machos presentan un color celeste metalizado en el dorso, con las alas y la cola de color gris en tono verdoso. Las hembras son de un color más apagado.

Los celestinos
Foto: "Los celestinos", de Jorge S. King©2020


Normalmente habitan en matorrales y bosques, pero también en zonas urbanas. Son habituales por nuestras arboledas, tienen su parada en la tipa blanca frente a mis ventanas y cuando están buenas las mandarinas, son los primeros en darse una panazada.

Su habitad está disperso en una amplia región de Sudamérica que abarca varios países, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay.

En Argentina habita en las provincias de Jujuy, Formosa, Salta, Tucumán, Córdoba, Misiones, Entre Ríos, Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco, Corrientes, Catamarca y La Rioja.

En Paraguay y el norte de la Mesopotamia de Argentina, donde prevalece el idioma guaraní, a ésta ave le dicen chogüí. Y en Bella Vista, provincia de Corrientes, se cuenta una leyenda acerca de él.

Dicen que "una joven paisana tenía un hijo y este no tenía con quién jugar; su única diversión era mirar cómo volaban los pájaros tan libres y tan dueños del cielo. Al pequeño le gustaba mucho encaramarse, subirse a los naranjos a comer las ricas naranjas. Su madre cada vez que salía a trabajar le encargaba que no saliera de la casa, ya que podía venir un animal salvaje y hacerle daño. Siempre prometía hacer caso, pero la mayor parte de las veces llegaba la mamá y no encontraba a su hijo, que atraído por el monte andaba deambulando por él".

"Un día lo castigó fuertemente con una rama y le hizo prometer no salir más. Durante mucho tiempo cuando la madre volvía él ya estaba en casa. Pero un día estaba en lo alto de un naranjo mirando el camino para ver venir a su madre para bajar corriendo, pero no la vio llegar. Cuando la madre llegó a su rancho y no lo encontró, lo llamó fuerte y el niño la escuchó. Al querer bajar tan rápido, sus pequeños pies se resbalaron y cayó al suelo. La madre no escuchó cuando el niño cayó y en el mismo momento que cerró sus ojos para siempre, su cuerpo sufrió una transformación tal, que se convirtió en un pájaro chogüí, como aquellos a los que había admirado tanto. Sobre la cabeza de la mujer que esperaba a su hijo, pasó volando y cantando y se fue con toda la bandada de chogüíes".

"Según cuenta la leyenda, el muchachito convertido en chogüí viene todos los días a su casa, acompaña a su madre al trabajo y va a los naranjales a picotear las naranjas que son su fruta preferida".--

Todas las fotografías con Todos los derechos reservados por Jorge S. King© 2006-2020 Absténgase de utilizarlas


___________________
NOTA: Las cookies de este sitio se usan para personalizar el contenido y los anuncios, para ofrecer funciones de medios sociales y para analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de medios sociales, de publicidad y de análisis web. Ver detalles.
IMPORTANTE: Todas las publicaciones son sin fines comerciales ni económicos. Todos los textos de mi autoría tienen ©todos los derechos reservados. Los contenidos en los link (vínculos) de las notas replicadas (reproducidas) y/o citadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Éste blog ni su autor tienen responsabilidad alguna por contenidos ajenos.

2 comentarios:

Bienvenido al blog y muchas gracias por su visita. Espero que el contenido sea de utilidad, interés y agrado.
Los comentarios están moderados. Antes de colocar un comentario lea bien las condiciones, tenga en cuenta que no se permitirán comentarios que:
- sean anónimos y/o posean sólo un nickname.
- no estén vinculados a una cuenta.
- posean links promocionando páginas y/o sitios.
- no se admite propaganda de ningún tipo
- puedan resultar ofensivos o injuriosos
- incluyan insultos, alusiones sexuales innecesarias y
palabras soeces o vulgares
- apoyen la pedofilia, el terrorismo o la xenofobia.

Este Blog ni su autor tiene responsabilidad alguna sobre comentarios de terceros, los mismos son de exclusiva responsabilidad del que los emite. De todas maneras, por responsabilidad editorial me reservo el derecho de eliminar aquellos comentarios que considere inadecuados, abusivos, injuriantes, discriminadores y/o contrarios a las leyes de la República Argentina.